RUTINA

Abro mis ojos todos los días antes de levantarme de mi cama, a veces porque sonó la alarma y otras veces porque mi cuerpo se siente satisfecho de haber descansado.

Siempre hay que desayunar, almorzar y cenar, trabajar, leer, ir en la movilidad, trasladarse de un lugar a otro, reunirse, en fin... hay que hacer las actividades de siempre.

A veces salir de la rutina no es sencillo debido a que estamos tan habituados a nuestro quehacer diario que nos olvidamos de disfrutarlo.

Cuando nos comprometemos con alguien en hacer una tarea específica durante algún tiempo, solemos disfrutarlo también durante algún tiempo menor a lo acordado, generalmente las primeras 2 veces suelen ser agradables, luego ya se vuelve un trabajo hacerlo.

Innovar es hacer las cosas de otro modo, que resulte novedoso y ¿por qué no? también gratificante.
Obtener los mismos resultados como si fuera la primera vez es algo que no se alcanza fácilmente ya que todos tenemos la tendencia de volvernos profesionales en lo que hacemos y procuramos mecanizarnos inconscientemente para "no sentir" que trabajamos.

Y es que muchas veces aumenta nuestra demanda, muchas veces se incrementa las tareas y se vuelve difícil darnos el tiempo para disfrutar algo porque nos preocupamos, estamos pendientes de lo que viene después tanto que a la mitad de una tarea ya estamos pensando en la siguiente y nos tardamos más con la primera.

Pienso que considerar cada tarea un acontecimiento puede ayudar a realizarla con menos estrés y de una manera más efectiva.

Pienso que si dejamos que cada tarea tome su lugar y su tiempo en nosotros serías más efectivos y eficaces en lo que hacemos.

Salomón vivía un acontecimiento 3 veces al año y no creo que haya pasado siempre igual en cada evento, porque cuando vamos a un evento grande siempre hay muchas cosas que hacer y no queda tiempo para distracciones.

1 Reyes 9:
25 Después que terminó la construcción del templo, Salomón ofrecía sacrificios de animales y ofrendas de paz en el altar que había edificado para Dios, y quemaba incienso ante él. Lo hacía tres veces por año.

¿Qué es lo que lo hacía diferente?
No solo la distancia de tiempo sino el evento era grande porque lo hacía un grade para uno más grande que él.


Considerar el ¿para qué? hacemos lo que hacemos es un buen empuje para despejarnos de todo lo demás y centrarnos en la tarea.

Considerar que no solo es un trabajo para algún cliente o para tu jefe sino que es parte del trabajo que te llevará a tu sueño hace que cambie la motivación con la que haces lo que haces.

Recuerda que hay algo mucho más grande que está adelante y que tiene el nombre de tu sueño.

Disfruta porque estas más cerca de ese sueño.

Gracias por leer, Dios te bendiga.

Visita nuestro FanPage y entérate más.

Comentarios

Lo más leído

VENCIENDO A 3 GIGANTES

EL ANCIANO FORTACHÓN CALEB

LA HISTORIA DE LA VACA

MEMELANDIA

Hola Mundo